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TerrorMolins 2025 celebra los 25 años de ‘Ju-on’ reivindicando el legado del J-Horror

10 Jun, 2025 | 44a Edición 2025, Leitmotiv

El leitmotiv del 44º Festival de Cine de Terror de Molins de Rei será “J-Horror, más allá del susto”, y con él celebraremos el legado del terror japonés, del 7 al 16 de noviembre de 2025.

Molins de Rei, 3 de junio de 2025 — En el año 2000, el cineasta japonés Takashi Shimizu presentaba Ju-on, primera entrega de una emblemática y prolífica saga cinematográfica. Este año se celebra el 25 aniversario de su estreno y el Festival de Cine de Terror de Molins de Rei 2025 se suma a la conmemoración dedicando esta edición al J-Horror —terror japonés—, que tanto marcó la entrada al nuevo milenio. En este género, el folclore japonés y la tecnología moderna (cintas de vídeo, teléfonos y ordenadores) se daban la mano. Este cine apostaba por la atmósfera y el malestar psicológico, con fantasmas como elonryō —figuras femeninas del más allá en busca de venganza— convertidos en iconos muy populares. A pesar de los presupuestos ajustados, el J-Horror genera inquietud aún hoy día, gracias a una estética depurada, su simbolismo, el ritmo pausado y la capacidad de hablarnos de la absurdidad de la vida moderna a través de traumas, historias de soledad y terror existencial.

J-Horror, más allá del susto es el leitmotiv que acompañará esta 44ª edición del festival, que tendrá lugar del 7 al 16 de noviembre, con el Teatro de La Peni como sede principal.

Ponemos en marcha la cuenta atrás para el inicio del TerrorMolins 2025 con este texto:

“En los años noventa había reinado el slasher desacomplejado y un punto paródico de Chucky, Scream, I Still Know What You Did Last Summer.... Pero la entrada al nuevo milenio coincidió con el boom del J-Horroruna bocanada de aire fresco que revitalizó el género con películas (y videojuegos) en los que fantasmas vengativos asustaban al personal. Ju-on y Ju-on 2 son del año 2000 y se distribuyeron directamente en vídeo, pero su éxito boca a boca permitió a Takashi Shimizu rodar dos años después, con más medios, Ju-on: The Grudge, más secuela que remake.

La terrible historia tiene su origen en una casa de Tokio, cuando Takeo Saeki, convencido de que su esposa le es infiel, la asesina brutalmente y hace lo mismo con su hijo Toshio (y con el gato). En Ju-on encontramos la temática clásica de casa encantada (personaje central del filme) y un fantasma vengativo o onryō. La mayoría de los onryō son mujeres que habían sido maltratadas en vida por sus padres, maridos o amantes y tienen una apariencia inconfundible con raíces en el teatro Kabuki: cabellos negros despeinados y larguísimos, maquillaje ultrapálido y quimono blanco de luto. Según la creencia popular, cuando alguien muere víctima de la ira engendra una maldición que se instala en los lugares por donde se movía y donde murió. Si entras en uno de estos lugares o contactas con alguien maldito, serás víctima y pasarás a propagarla como si fuera un virus.

Dos años antes, Sadako saliendo del televisor en Ringu (Hideo Nakata, 1998), J-horror came onto stage with archetypal ghost in the well and the symbolism of death-connected still waters, which we will also find in Dark Water (Hideo Nakata, 2002). Cineastas de culto como el prolífico Takashi Miike se subieron al carro con Chakushin ari (Llamada perdida) en 2003, donde repetía los efectivos clichés del subgénero, lejos de la densa e inclasificable Ôdishon (Audition) con la que nos maravilló en 1999 (ambas las pudimos disfrutar en TerrorMolins). En los últimos años, la fiebre por el J-Horror parece haberse apaciguado, después de jugosos crossovers como Sadako vs. Kayako (2016), que mezcla sin complejos las mitologías de Ringu y Ju-on. Pero, por ejemplo, el año pasado Kôji Shiraishi firmó House of Sayuri, también con casa encantada, y en 2022 se estrenó Kisaragi Station, de Jirô Nagae, sobre una estación de tren maldita. ¡Agárrate fuerte a la butaca, la chica de rostro blanquísimo y melena negra interminable puede aparecer cuando menos te lo esperes!”
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